Los medios
de comunicación monopólicos, políticos de la oposición, algunos miembros de la
oligarquía ruralista y otros sectores de ideología golpista de nuestra
sociedad; interpretan y difunden una realidad comunicacional del país como si
fuera un estado represivo que no permite las opiniones diferentes.
Los casos más
extremos, son el caso de Lilita Carrió, funcionaria que permanentemente asocia
la administración kirchnerista con una dictadura. En la misma lógica, se alinean
supuestos intelectuales como el caso del escritor Marcos Aguinis o la venerada
autora de la frase “conmigo no Barone”; Beatriz Sarlo.
No
obstante, las intenciones de producir un montaje virtual de la sociedad desde
los medios de comunicación que todavía gozan de una posición dominante, queda
automáticamente desmantelada al observar, por ejemplo, la personificación que
se realiza de la presidenta por parte de los humoristas del programa de Jorge
Lanata. Lo mismo podría decirse de los dibujos que aparecen constantemente en
Diario Clarín y La Nación,
caricaturas ridiculizantes, frases sacadas de contexto, etc.
Así mismo,
podemos ver en la imagen superior, cual ha sido el nivel de supuesta “censura”
de la que hablan los siempre mal ponderados: “ladrones de cerebros”.
Finalmente, no digo que no deben existir tales
expresiones porque también conforman el espacio de libertades discursivas, pero
lo ridículo
es intentar
presentar que no se puede expresar libremente.
Seguinos en Twitter: @RiveoSeba_VM
No hay comentarios:
Publicar un comentario