El caso de la campaña de desprestigio contra las entidades
que acompañaron a la delegación de deportistas a Londres 2012 de la que fue
protagonista Sebastián Crismanich es sólo un ejemplo pero también se puede
hacer extensivo el mismo procedimiento en otras cuestiones político-sociales.
Al compás
de un nacionalismo barato, muchos de los lectores se indignan con la primera
versión de los hechos sin tomarse el tiempo para pensar lo ridículo que suelen
ser tales posiciones.
En resumen,
mucho tiempo en las redes, poca capacidad de reflexión y motivaciones externas
que responden a posturas políticas opositoras, son el cóctel de lo que tenemos
que leer en nuestras redes sociales….sería mejor trabajar para elevar el nivel,
¿no?
Aquí el
informe de 6-7-8 sobre la campaña de desprestigio contra la Secretaría de Deportes y
el ENARD:
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