Sin embargo, además de profesionales muy preocupados por los derechos y la participación de todas las voces, los cerebros de TN fueron capaces de hacer un debate entre los dos candidatos que concurrieron en distintos momentos y sin que estuvieran compartiendo el mismo lugar; es decir, un montaje. Por un lado grabaron primero a Macri, intentando seguramente, no realizar preguntas demasiado comprometedoras que puedan perjudicar a la gran obra realizada por el jefe de Gobierno actual, no vaya a ser que se afecte su actividad democrática.
Por otra parte, grabaron luego a Pino Solanas (el otro de los contendientes atemporales); claro, sin consultar demasiado sobre las capacidad de votantes que tienen los habitantes del norte argentino ya que según su criterio, no son de las más alta calidad de voto.
Finalmente, tanto hablaron los medios concentrados sobre el debate, que todo terminó en algo habitual: engaño al público y la ciudadanía por parte del grupo corporativo-mediático.
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