miércoles, 31 de agosto de 2011

Las operaciones periodísticas contra River Plate y los “repetidores”.

“Otra vez la violencia en los quinchos de River”.

“Un acuchillado en River”.

“La bronca de los hinchas por no poder alentar al equipo”

Títulos de estilo amarillista llenaron las portadas de los medios gráficos más importantes de la argentina con el tema de la pelea entre dos socios del Club Atlético River Plate; suceso que terminó, supuestamente con un acuchillado. Digo supuestamente, porque aún todo es materia de investigación por parte de la justicia.

El reflejo casi inmediato de los medios de comunicación fue hacer eco de las declaraciones de sólo uno de los socios, José Serio, quien tuvo gran repercusión en varios medios de comunicación, sobre todo en TYC y TN. Eso sí, cada vez que habló, dejó bien en claro que no quería hacer una cuestión mediática; a punto tal que cuando dialogó con Estudio Fútbol, manifestó: “No quiero hacer una cuestión mediática pero aprovecho que ustedes son el programa más visto”. ¿Cómo, no quiere hablar mucho pero lo hace justo por uno de los medios con más difusión? José, de Serio, tenés muy poco.

Como es muy poco creíble la actuación de los comunicadores; pues hay una clara mala intención (o al menos una falla garrafal desde lo periodístico), para no investigar el caso, no ya desde la voz del supuesto damnificado, sino consultando a testigos, buscando voces alternativas, o por lo menos, preguntándole al otro socio por el lamentable acontecimiento.

Luego, pienso en cómo baja esa información al resto de los medios de comunicación (sobre todo del interior del país), o mejor dicho, como impacta el abordaje o construcción del hecho. En este caso, se puede replicar el enfoque planteado desde los medios hegemónicos, lo que convierte a los periodistas en simples repetidores o bien, intentar realizar un análisis de la información.

Creo que ningún comunicador deportivo puede obviar el juego de intereses existente en nuestro país desde que se ha puesto en marcha la idea de la aplicación de la ley de medios audiovisuales como elemento democratizador de la palabra.

Es necesario que asumamos una postura activa en la decodificación y retransmisión de la noticias planteadas por los medios de comunicación hegemónicos.

Posteriormente, habló el presunto agresor de José “poco” Serio y lógicamente, no tuvo la misma difusión y tratamiento por parte de los programas y medios en cuestión. Pero ¿por qué? No es muy difícil interpretar una intención de volver a instalar la violencia en los hinchas millonarios, tal como lo hicieron antes del partido de vuelta con Belgrano de Córdoba, cuando River perdió la categoría.

Aquellas palabras dirigidas al presidente de la institución riverplatense, queriendo instalar la sensación de violencia, no fueron desmentidas por los periodistas una vez que se dio a conocer la versión del otro protagonista de la pelea.

Y ¿Por qué generar esa difusión sesgada? ¿Cuál es el interés del entramado comunicacional encabezado por Grupo Clarín y otro medios como A 24, C5N, América (con su vocero archiconocido LTA, Tano Passman) y otros? ¿No será, a caso, que alguna autoridad de esos medios intenta hacer terminar la dirigencia de Passarella antes de tiempo para postularse como tal?

¿A alguien le interesa que a la institución River Plate le vaya mal?

Desde otro enfoque, la realidad ha evidenciado el poderío del club de Núñez. Poderío que se materializa en sus innumerables hinchas que siguen al equipo a todos lados, que cuando visita Mendoza es el más convocante de la fecha en todas las categorías, el cuadro dueño de la planilla del rating, el que cambió la realidad del fútbol con su descenso.

De acuerdo a estos datos de la realidad, River volvió a sufrir una operación mediática en su contra; tal como aquella que intentó responsabilizarlo por el proyecto del campeonato de 38 o 40 equipos. Y, mientras tanto espero, quizás en vano, que el periodista de la tele, la radio o el diario, deje de repetir frases armadas y se juegue por un análisis que trasgreda la construcción de sucesos de los medios hegemónicos.

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